Los constructores de la Concap muestran al Consejero insular de Carreteras la realidad de un sector al borde del precipicio
“Si las instituciones no toman cartas en el asunto…
de aquí a diciembre sobrevivirán muy pocas empresas constructoras”
Los empresarios manifestaron a José Luis Delgado
que buena parte de la responsabilidad del Vía Crucis que atraviesan los
empresarios del sector hay que buscarla en el Cabildo a quien demandan ahora
realismo e iniciativa para poner en marcha la maquinaria de crear empleo.
José Luis Delgado, consejero con delegación especial en
Carreteras y Paisaje del Cabildo de Tenerife, y los representantes del sector
de la construcción de la Confederación Canaria de Asociaciones Profesionales
(CONCAP) sostuvieron recientemente una reunión en la que el consejero insular
mostró a los empresarios las perspectivas del Cabildo para los próximos meses, al
tiempo que los empresarios insistieron ante el representante insular en que “si
las instituciones canarias, todas, no toman la decisión de invertir en obras y
en infraestructuras en diciembre quedarán muy pocas empresas y, por lo que
respecta a la Concap, estamos hablando de poner en la calle alrededor de 15.000
y 18.000 personas”.
Los
representantes empresariales reclamaron al Cabildo realismo. “La falta de obras
está acabando con dos de las riquezas esenciales de cualquier territorio: se
está acabando con el tejido empresarial y se están dejando las carreteras en
estado de ruina. Si siguen así… cuando quieran reparar las carreteras ya será
técnicamente imposible, habrá que construirlas de nuevo y no habrá empresas
canarias que puedan hacerlo porque las pocas que logren sobrevivir no tendrán
las clasificaciones adecuadas. Tendrán entonces que contar con empresas foráneas
y el IRPF que genere Canarias volverá a volar lejos de estas Islas para
enriquecer y sufragar los servicios que se presten en otras comunidades
autónomas”.
Delgado
explicó a los representantes del empresariado canario, las modificaciones que
va a haber en la licitación del mantenimiento de los cuatro lotes de vías de
interés regional que podrían ser cinco si se finaliza el anillo insular, unas
modificaciones acogidas positivamente por los empresarios si bien puntualizaron
que “es imprescindible que dichos lotes se subdividan con el fin de dar trabajo
al mayor número de empresas posible, que exista transparencia en el proceso
concursal y que se eviten situaciones de nepotismo del pasado que han llevado a
las empresas tinerfeñas a una situación radicalmente diferente a la que tienen
las empresas grancanarias en cuanto a su capacidad para aguantar las
dificultades económicas actuales y la responsabilidad de esa situación, todos
lo sabemos, ha estado en el Cabildo de Tenerife”.
La
segunda propuesta planteada a los empresarios se refiere a las carreteras
insulares, una red en pésimo estado. El propio consejero reconoció que no hay
fondos económicos para hacer frente a su conservación y reparación por lo que
se está estudiando la financiación público/privada mediante la entrada de una
entidad financiera. Los empresarios objetan a esta posibilidad dos cuestiones
muy importantes: que Aragón ya lo intentó, pero la UE obliga a que dicho “préstamo”
figure como deuda de la institución pública y entonces se sobrepasa el déficit
permitido y la duda de que haya instituciones financieras nacionales o
internacionales dispuestas a asumir esa inversión”.
Por lo
que respecta a las vías terciarias, los empresarios hicieron ver al consejero
el malestar que se ha creado en el sector al conocerse que el Cabildo tiene
intención de comprar maquinaria de construcción para sus cuadrillas “con la
cantidad de máquinas paradas que hay en la Isla”. Para los empresarios está
claro que el Cabildo tiene que abandonar sus ínfulas empresariales, “deshacerse
de todas aquellas empresas que son rémoras presupuestarias y dedicar esos
fondos, que ahora mismo se están malgastando, a invertir en aquellos sectores
que pueden crear puestos de trabajo, revertir fondos a las administraciones
públicas vía tributaria, contribuir a mantener servicios, estimular el consumo
y sacar a esta tierra de la inmensa apatía que la devora”.
La
Concap insiste en que este mensaje no es nuevo. “Lo venimos repitiendo desde
2006, cuando se nos tachaba de alarmistas. Las más de 70 empresas en las que de
una u otra forma participa el Cabildo convierten a la institución insular en la
segunda a nivel nacional, sólo superada por la Diputación de Barcelona en número de empresas.
El problema es que más de la mitad son deficitarias y las hay también que jamás
han llegado a funcionar… pero sí a gastar. En total, una cuarta parte del
presupuesto del Cabildo (alrededor de 140 millones de euros) ha venido
desapareciendo en ese delirante despilfarro sólo para cubrir los gastos estructurales
de estas pseudo empresas en las que tanto da si son rentables o no, si realizan
o no competencia desleal en su sector y si acumulan una deuda financiera de
casi 300 millones de euros.
Pues
bien, la Concap quiere recordar que con esos 140 millones de euros que cuestan
las empresas del Cabildo, se garantizarían los puestos de trabajo que ahora
mismo penden de un hilo, se repararía la red insular de carreteras y se
incentivaría la economía insular. Ese es el realismo que los constructores
piden a la institución insular.
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