“ El anillo insular es urgente y fundamental pero sin abandonar al resto de las vías de la Isla”
La Junta Directiva de la Confederación Canaria de Asociaciones Profesionales (CONCAP), desde la independencia política que siempre la ha caracterizado, el respeto a las instituciones y nuestra colaboración siempre manifiesta con quienes nos gobiernan, ha permanecido en silencio en el enfrentamiento sostenido entre el Gobierno de Canarias y el Cabildo de Tenerife en relación al anillo insular “porque entendíamos y entendemos que se trata de eso, de un enfrentamiento político en el que, como en tantas ocasiones, no nos van a encontrar porque nuestro ámbito de actuación es la defensa del empresariado de las Islas, un empresariado que, no lo olvidemos, es quien genera puestos de trabajo, riqueza y fortaleza económica en esta tierra y que necesita del apoyo real de las instituciones cualquiera que sea el partido que lleve las riendas de los diferentes gobiernos”, en palabras de Juan Luis Lorenzo, presidente de la Concap, cuya Junta Directiva exige a quienes marcan las pautas de las administraciones públicas que no pierdan el tiempo “en crear y sostener conflictos que a nada conducen, que dirijan esas instituciones con parámetros empresariales basados en objetivos claros y búsqueda de rentabilidad para los ciudadanos, que estén en los medios de comunicación presentando proyectos serios y no con dimes y diretes de patio de vencindad. El cierre del anillo insular debe realizarse urgentemente porque es trascendental para la isla pero con la financiación del Convenio de Carreteras suscrito entre el Gobierno de Canarias y el Estado y sin que su realización suponga el abandono de la conservación del resto de las vías de la provincia”.
La patronal canaria estima que Tenerife no puede seguir siendo maltratada, que sus ciudadanos no pueden seguir sufriendo la incapacidad de algunos de sus gobernantes para poner solución a problemas que llevan años y años sobre la mesa y que aparecen de vez en cuando en los medios como si del Guadiana se tratara. “Baste como prueba que en febrero de 2004, hace casi trece años, la Asociación de la Construcción de Tenerife, integrada en la Concap ya reconocía, en palabras de su presidente, que mientras el anillo de Gran Canaria estaba finalizado en más de un 90%, el proyecto de Tenerife estaba paralizado cuando sólo se había llevado a cabo un 38%. Ese año, en 2004, la Concap tuvo reuniones con representantes tanto del Gobierno de Canarias, como del Cabildo y de los municipios. “Más de una docena de notas de prensa sólo ese año dan fe de nuestro esfuerzo por resolver el problema, incluyendo ser los primeros en ofrecernos a prefinanciar esa y otras obras, algo que sostuvimos durante varios años, mientras esta alternativa fue económicamente posible para el empresariado”, se sostiene desde la Presidencia de la Concap.
No pudo ser, llegó la crisis y las políticas de licitación y contratación de las obras locales y sobre todo insulares tuvieron su consecuencia: mientras en Gran Canaria las empresas aguantaban el tirón, las empresas de Tenerife caían sin salvación posible. Habían vivido de los contratos miseria que se veían obligadas a firmar con las contratistas nacionales, sin ninguna defensa por parte de sus instituciones y eran económicamente débiles, sin apenas diversificación sectorial. Muy pocas han resistido estos años de hierro que aún no han visto su final. Aún así, la Concap ha seguido insistiendo incansablemente a lo largo de estos años en la urgencia de terminar el anillo en decenas de intervenciones en medios de comunicación. De hecho, Martín J. Padrón, presidente de la Federación de Empresas de la Construcción de Canarias, adscrita a la Concap y de ámbito regional, abogaba el pasado año por “mantener el proyecto aprobado en el Plan de Carreteras de 2009, ya que cuenta con toda la documentación y los estudios de impacto medioambiental necesarios para la ejecución de los distintos trazados del anillo insular. La solución no es la de abaratar costes y dilatar el proyecto en el tiempo y sí la de aunar posiciones desde todas las formaciones políticas, organizaciones sociales y el conjunto de la sociedad para demandar con firmeza al Gobierno central la realización de una obra que es clave para una isla que tiene más del 30% de su población desempleada y con un gran desequilibrio norte-sur en sus polos de desarrollo”. A día de hoy, cuando las páginas de los periódicos se están llenando con este tema “no me atrevería a decir si todas las instituciones están ya de acuerdo en cuál va a ser el trazado definitivo”, manifiesta Juan Luis Lorenzo.
El retraso del anillo insular y las colas de la autopista del norte no son de hoy, no han surgido ahora, ni hace unos meses, tienen años y años de antigüedad y bien estará solucionarlos lo antes posible, pero esa solución no puede aparcar sine die otros problemas gravísimos que también incluyen la movilidad en la Isla y, más aún, la seguridad de quienes transitamos las vías. Desde la Concap nos alegramos de la preocupación del Cabildo por el cierre del anillo insular pero le instamos a que tenga su atención centrada en aquellas carreteras que, siendo de su competencia directa, están muy lejos de tener la calidad que debemos exigir habitantes y visitantes a un territorio europeo. El mantenimiento de las dos autopistas es prioritario y la conservación de las carreteras y vías secundarias también porque, además de afectar de forma muy seria a la seguridad vial y a la comodidad en los desplazamientos, las vías, carreteras secundarias y autopistas, “son un patrimonio de un valor económico brutal para la economía de la Isla y están en un estado deplorable, con firmes resquebrajados, baches y socavones que no son de recibo para una isla que vive de su imagen, que recibe millones de visitantes y que tiene que garantizar la seguridad de sus habitantes en sus desplazamientos, también de esto hablábamos con los medios de comunicación ya en 2004 y, obviamente, en los años sucesivos, porque incluso durante esta crisis, a sabiendas de que no había dinero y que lo poco que había debía destinarse a fines sociales, le hemos recordado a nuestros gobernantes la necesidad de que la conservación de las vías fuera prioritaria tan pronto pudiera acometerse”, manifiesta Juan Luis Lorenzo para quien ese momento ha llegado y no parece de recibo que vayan a dejarse de lado las vías de toda la Isla para finalizar un anillo insular que es competencia del Estado y es de allí de donde hay que obtener la financiación.
Parece que otras representaciones empresariales ya se han dado cuenta de la importancia de cerrar el anillo insular “y nos alegramos de ello, nunca es tarde, pero el anillo no puede cerrarse a cualquier precio y, sobre todo, los dimes y diretes entre políticos no puede servir de pantalla para que no veamos que las soluciones al anillo insular y a la reparación de las vías no pasan por estar todos los días en los medios de comunicación con enfrentamientos, pasan por sentarse y trabajar, trabajar, trabajar. Sin ruido… pero con nueces”.
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