Aridos: Más vale tarde que nunca

Es cierto que la imagen de la Concap se une siempre a la “batalla” por el reciclaje de los productos procedentes de la construcción, demolición y desmonte, a la lucha por introducir a la mayor brevedad posible las energías limpias, la pasión por poner en marcha proyectos empresariales que hicieran más competitivas a las empresas canarias, la ilusión por devolver a los santacruceros la posibilidad de beber agua del grifo con una calidad óptima y tantos cosas más.

En el caso de los áridos, el presidente de la Concap recuerda que “siempre hemos impulsado la idea de que la Isla debe tener tres áreas extractivas en el norte, centro y sur de la Isla que respondan a las necesidades de Tenerife, generando materiales de óptima calidad a precios económicamente competitivos”, sin que por ello dejemos en el olvido el esfuerzo realizado, desde 1999, por las empresas de la Confederación por modernizarse tecnológicamente en lo que a reciclaje y reaprovechamiento de recursos se refiere y fueron las primeras en sentir el zarpazo de la crisis precisamente porque habían llevado a cabo un desafío inversor impresionante. Cerca del millón de euros costó la maquinaría y los proyectos de cada una de las 25 plantas de reciclaje pero, junto a ese espíritu, que obviamente se mantiene y que llevó a reciclar 30.000 toneladas de áridos al día con todos sus certificados CE en regla, imperó también el realismo de saber que la extracción también era y es, ahora más que nunca, imprescindible. Así lo ha mantenido siempre la Concap en los cientos de reuniones sostenidas con todas las administraciones públicas (Gobierno de Canarias, Cabildo de Tenerife, todos los ayuntamientos y grupos políticos) y así lo ha expresado en los medios de comunicación. Sin ir más lejos, Juan Luis Lorenzo expresaba ya en una entrevista en 2009 que se debe intentar “minimizar la extracción, pero es imposible reducirla a cero” y proponía la existencia de “al menos tres áreas extractivas en la Isla” con la finalidad, entre otras cosas, de evitar la circulación de camiones de gran tonelaje por las vías en grandes distancias.

Parecía que en aquellos años y en los sucesivos, la Concap era la única voz que clamaba en el desierto pidiendo que se abrieran áreas extractivas, lo mismo que otras voces reclaman estos días “y nos alegra que se hayan dado cuenta, aunque sea ahora, de que el problema es de primera magnitud” , manifiesta el presidente de la Confederación que recuerda que los representantes de la Concap, especialmente de las asociaciones relacionadas con los diferentes subsectores de la construcción, se reunieron en enero de 2016, con todos los consejeros del Cabildo de Tenerife que tienen que ver con el medio ambiente, territorio e infraestructuras. “Fue esa la primera de una serie de reuniones sostenidas con la finalidad de dar solución a un problema de crucial envergadura tras los años de crisis: tenemos áridos de sobra para  las obras que deben ejecutarse pero no podemos extraerlos. Sobre la mesa, teníamos y tenemos un problema muy serio, si bien tuvimos la percepción de que existía, tanto por parte de los empresarios como de la Administración insular, la firme voluntad de solucionarlo”, manifiesta Juan Luis Lorenzo, presidente de la CONCAP, una Confederación empresarial que engloba, además de a la Federación de Empresas de la Construcción de Canarias (FECAC), a las asociaciones de empresarios de reciclaje de áridos, ASOMAM, y a la empresas de desmonte, ASEMTE, que engloban a más del 90% de las empresas del sector.

La propuesta de la Concap fue clara en ese momento y lo sigue siendo: la extracción de los áridos debe ser objeto de una regulación monogubernamental, es decir, estar en manos de una sola administración que lleve a cabo una planificación con dos objetivos: respetar el medio ambiente y, desde ese respeto, dar respuesta a una necesidad social “porque no debemos olvidar que el principal consumo de áridos procede de las necesidades de las propias administraciones públicas, son ellas los principales “clientes” de las empresas y por ese motivo –manifiesta el presidente de la Concap- no deja de asombrarnos oír que el Cabildo había prestado oídos a quienes le sugerían “importar áridos” y cabe preguntarse desde dónde: ¿desde otra Isla? ¿desde un país tercero? ¿con camiones y camiones saliendo del puerto constantemente isla arriba, isla abajo? ¿a qué precio? Casi hemos acabado con el sector primario y es penoso oír que hay quien se plantea importar los áridos que necesitamos mientras las asociaciones de la Concap llevan decenas de reuniones con todos los implicados en el problema, planteando soluciones que respeten el medio ambiente y no cercenen el futuro de esta Isla. Nos alegra, de verdad, y damos la bienvenida a los que, aunque sea 10 años después, se suman a buscar soluciones a este problema. Sabemos que cuando se tocan determinados temas “sensibles” hay quien se molesta y esa molestia se paga pero los representantes empresariales estamos para eso y si no se está dispuesto a batallar, mejor ceder el puesto a alguien con empuje”.

El presidente de la patronal canaria hace hincapié en que “Tenerife tiene retos trascendentales para su desarrollo económico: el cierre del anillo insular, acabar con las colas de las dos autopistas, la mejora de las carreteras secundarias, la rehabilitación de las zonas turísticas… y para todo ello necesitamos áridos y lo cierto es que no los tenemos y las doce plantas de reciclaje que actualmente están absolutamente legalizadas y proporcionan materiales adecuados a determinadas necesidades, no los pueden proporcionar en cantidad suficiente y hay que  poner en marcha lo antes posible la regulación territorial que acabe de una vez con un problema que no se da en otras Islas y que en Tenerife viene siendo crónico desde hace más de 10 años”.

 La sociedad tiene que saber que los áridos deben tener unas determinadas características y calidades que vienen impuestas por la UE y, aunque todos tengamos el objetivo de la economía circular y la firme decisión de que se aproveche mediante el reciclaje la mayor cantidad posible de materiales, lo cierto es que la extracción sigue siendo imprescindible y no se puede extraer en cualquier parte sino allí donde se encuentran los áridos con las características adecuadas al uso que se les va a dar.  Para Juan Luis Lorenzo es importante “acabar con ese ecologismo mal entendido, con esa imagen de la extracción como un atentado contra el medio ambiente. En Europa hay canteras con premios por el resultado de su actividad y por la rehabilitación realizada tras el cese de esa actividad, cualquiera puede entrar en internet y comprobarlo”, manifiesta el presidente de la Concap, que recuerda además que el consumo de áridos es un factor indicativo del grado de desarrollo de un país o región.

La Junta Directiva de la Concap estima que los representantes de las administraciones están para facilitar el desarrollo de un territorio, para sentar las bases, los objetivos y las normas por las que han de regirse las empresas “y eso es lo que ha fallado con los áridos, un producto que en todo el mundo es el segundo más demandado después del agua y cuyo consumo es absolutamente imprescindible a pesar del reciclaje que todos deseamos”.

En ese sentido, el presidente de la patronal canaria recuerda los esfuerzos realizados desde la Confederación a lo largo de los años, casi 20 años, para lograr que las empresas pudieran reciclar áridos y escombros  con todas las de la Ley. “Siguiendo instrucciones del Gobierno de Canarias, las empresas hicieron 25 Planes de Actuación Territorial que contemplaban plantas de reciclaje allí donde lo establecían los ayuntamientos que necesitaban esas plantas, adquirieron maquinaría de última generación para minimizar molestias y contaminación, pero nos encontramos con tres administraciones incapaces de ponerse de acuerdo y todo el esfuerzo económico de las empresas se fue por el desagüe de la maraña legislativa que tiene al desarrollo de esta tierra atado de pies y manos. Llegó la crisis y si la situación de las empresas constructoras en todas las Islas fue mala, en el caso de Tenerife ha sido y sigue siendo aún peor porque seguimos necesitando ideas claras en los políticos, seguimos exigiendo que se acabe con el choque entre administraciones, necesitamos procesos ágiles que faciliten la tarea empresarial porque eso lleva a la creación de puestos de trabajo estables y a la calidad laboral”.

El presidente de los empresarios canarios concluye con una reflexión al hilo de la situación creada en Cataluña “que a todos nos ha hecho sufrir, pero de la que debemos extraer lecciones: hemos escuchado en todos los medios de comunicación hablar de la importancia que tenía que las grandes empresas catalanas se fueran a otras comunidades, hemos visto como su marcha debilitaba una región, una provincia. Es aleccionador ver cómo se valora a nivel estatal, no tanto dónde realizan físicamente su producción, sino dónde están las empresas, dónde tienen su sede social, dónde su sede fiscal, dónde se toman las decisiones… porque en Tenerife, en el sector de la construcción y los servicios ligados a ella, las grandes empresas siempre han estado fuera, tributan fuera y deciden fuera, mientras las empresas canarias se ven obligadas a acatar el resultado de esas decisiones. Esa situación ha sido amparada, fomentada y protegida desde las instituciones públicas canarias, especialmente desde el Cabildo de Tenerife en lo que a construcción se refiere y debe cambiar a todos los niveles. Un territorio económicamente fuerte tiene que tener empresas propias también fuertes”.

Hemos de reconocer, y así lo hemos hecho en numerosas ocasiones, que la situación de las empresas canarias en lo que a su relación con las administraciones públicas se refiere, no ha sido tradicionalmente igual en Tenerife y Gran Canaria y parece que la historia va a repetirse con la energía eólica. Desde la Concap pronto estaremos en situación de poner sobre la mesa cifras de producción eólica en ambas Islas y no son precisamente cifras de las que sentirse orgulloso partiendo de que deseamos lo mejor para todas las Islas.

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