Los empresarios de la Concap muestran su desasosiego ante las perspectivas de 2012: “Lamentablemente, la crisis no ha tocado fondo”

Hace ahora un año y ante la dureza con que se presentaba 2011, les decíamos que ojalá estuviéramos deseándoles un feliz 2012 y ahora debemos decir que nos gustaría estar a las puertas del 2013 y que hubiera pasado ya lo que está por venir. No es ser agoreros, lamentablemente es realismo. Hablábamos hace un año de las dificultades que les esperaban no sólo a las empresas sino también a las administraciones públicas y los hechos tristemente se han consumado.

Hablábamos también entonces de la importancia de acabar con la maraña legislativa que ahoga cada proyecto en Canarias y todo sigue igual, sin que nadie se atreva a meterle mano a un ovillo que lastra y empobrece el producto interior bruto de las Islas, que judicializa la administración del territorio que deja en manos de los jueces lo que los legisladores de las diferentes administraciones han enredado hasta la extenuación, hasta conseguir, por ejemplo, que Canarias sea la tercera comunidad que menos energía produce procedente de unas condiciones que son el mejor regalo de la naturaleza. Ha tenido que ser una medida especial, la declaración de bien de interés general, y el impulso de dos consejerías del Gobierno de Canarias, Industria y Política Territorial, la que acabe con un nudo que aún así persiste para otros proyectos no menos importantes.

Y es que Canarias es la comunidad autónoma con mayor número de normas de ordenación territorial. Trece leyes y decretos y cuatro niveles administrativos (Gobierno del Estado, Ejecutivo regional, cabildos y ayuntamientos) a la caza de un empresario con un proyecto bajo el brazo para empezar el baile de permisos, calificaciones de suelo, abogados, ingenieros, consultores… da igual. El proyecto está condenado sin misericordia a dormir el sueño de los justos en el cajón de alguna administración. Los técnicos desesperados buscando una salida, los funcionarios aterrorizados por si les enmiendan la plana y los inversores… calificando a Canarias como una comunidad de alto riesgo. Un panorama desalentador al que se ha unido un año de ralentización administrativa brutal como consecuencia de los procesos electorales.

Ahora ya tenemos gobiernos nuevos en todas las administraciones… y hemos de pedirles que se pongan las pilas y gobiernen… que acaben con la maraña legislativa, que simplifiquen las normas ya mismo, que no tenemos tiempo, que este Archipiélago no puede esperar más, que sólo en el primer semestre de este año desaparecieron más de 600 empresas (más de 10.000 en los últimos cuatro años), que un paro cercano al 30% sólo se sostiene porque nuestra sociedad está articulada sobre la base de una fortísima cohesión familiar, ya que de otra manera estaríamos hablando de un grado importante de conflictividad social que, sin embargo, está latente porque son demasiadas familias viviendo bajo mínimos, en muchos casos dependiendo de la pensión de los abuelos o alimentándose en comedores sociales.

Canarias va a vivir un 2012 que el propio presidente regional augura “mucho más duro y dramático” que lo que conocemos hasta ahora, pero a evitar lo que viene ayuda muy poco el acoso fiscal al que se somete a las empresas bajo la fórmula de “paga primero y luego recurre” que ha llevado a la quiebra a muchas compañías con interpretaciones cuando menos dudosas de las normas. Por ejemplo, ha pasado más de un año y la Administración Tributaria Canaria y el Cabildo de Tenerife siguen sin ponerse acuerdo en qué obras deben llevar IGIC o no. El Cabildo licita obras sin IGIC y la Hacienda regional obliga al empresario a abonarlo sin haberlo repercutido y los mismo ocurre con los salarios: los empleados son los últimos en cobrar porque las empresas no pueden presentarse a los concursos sin demostrar previamente que están al día en sus pagos a las administraciones públicas… poco importa que las administraciones públicas no estén al día en el pago a sus empresas proveedoras, unas empresas para quienes exigimos que las deudas de las administraciones se utilice al menos como pago de impuestos porque no parece lógico que una empresa se vea obligada a pagar a quien les debe.

Sin embargo, vemos con satisfacción que algo que solicitamos públicamente a todas las fuerzas políticas hace cuatro años y que otras organizaciones empresariales calificaron de “brindis al sol” puede ser ya una realidad porque el Partido Popular llevaba en su programa electoral la propuesta de  que las empresas no abonen el IGIC hasta lo hayan cobrado.

Europa teme una segunda recesión. Raro es el mes que no salta la chispa que nos coloca una vez más al borde del abismo. El Gobierno nacional, igual que el resto de las administraciones, se han propuesto reducir el déficit público… pero sólo encuentran una vía: aumentar la presión fiscal que únicamente va a asfixiar a la clase media y a las pequeñas y medianas empresas, es decir, a aquellas que generan  empleo cuando lo que realmente hay que perseguir es el fraude fiscal e incentivar la creación de puestos de trabajo estables que permitan acabar con la incertidumbre y la tristeza que domina las perspectivas de futuro e impide estimular el consumo y la generación de riqueza. Y mientras tanto, la inversión en obras públicas prácticamente desaparece durante el 2012 en todos los niveles de las administraciones sin que nadie diga qué puede sustituir  al sector que más empleo ha generado y puede generar y se condena a un porcentaje muy alto de los desempleados de la construcción al paro de por vida. Craso error cuando Canarias presenta tan gran déficit en infraestructuras de primer nivel.

La Concap exige a todos los que nos gobiernan y a los que nos van a empezar a gobernar, así como a los que van a trabajar desde la oposición, que dejen la política a un lado. El largo proceso electoral ya pasó y ahora lo que este país y estas Islas demandan es trabajo, ideas, iniciativas, apoyo, impulso, estudio y una programación a corto, medio y largo plazo donde los interlocutores sociales seamos escuchados para poner a estas Islas en el lugar que les corresponde, en un lugar en el que la especie más protegida sea el ser humano, su dignidad, su igualdad frente a los otros y su derecho a una educación óptima, a un hogar, al trabajo y a sacar a sus familias adelante con dignidad.

La Junta directiva de la Concap recuerda que Canarias está a la cola en el aprovechamiento de las energías renovables y esa es una inversión económica y laboralmente trascendental para las Islas, que las Islas no están a nivel estatal en infraestructuras, que el patrimonio en carreteras está a punto de quebrar por falta de inversión, que siendo Tenerife pionera en la propuesta de un modelo de reciclaje de residuos de construcción, demolición y desmonte, el Cabildo mareó sin misericordia el proyecto hasta conseguir que la inmensa mayoría de las empresas tuviera que cerrar ahogadas por las multas que recibían por reciclar, aunque con ellas se estuvieran salvando las obras que necesitaba la Isla y cuyos áridos no podían extraerse porque Tenerife es la única Isla que no ni mínimamente cubiertas sus necesidades en lo que se refiere a áreas extractivas legalizadas y alguien tendrá que preguntar a quién corresponda el porqué de muchas cosas, aunque las urnas vayan indicando que los tinerfeños se están enterando de por dónde van los tiros.

Desde la Concap pedimos apoyo para las empresas canarias y visión de estado, cada una en su nivel, a las administraciones. Necesitamos urgentemente una legislación simple, sencilla y transparente, que garantice la igualdad de todos aquellos que han de relacionarse con las administraciones. Requerimos que nuestros gobernantes gobiernen con el objetivo del bien común, que valoren la importancia de un tejido empresarial fuerte y diversificado, sin prebendas empresariales monopolísticas en las que uno se lleva el pan y el resto las migajas. Es importante que desaparezcan de las Islas los “reinos de taifas” en las que unos pocos hacen y deshacen a conveniencia y para ello una buena medida puesta en marcha en otras administraciones son las certificaciones en la transparencia y eficacia en la gestión como estrategia de funcionamiento que permite limitar la autonomía personal de los gobernantes y marcar mediante pautas y procesos clarificados el quehacer de los funcionarios.

Desde la Concap, les deseamos a todos un muy feliz 2012. Por nuestra parte no ha de quedar: seguiremos apoyando a quienes deseen crear una empresa o iniciar un proyecto y amparando a los que viven momentos difíciles con todos los recursos que estén en nuestras manos. Cansados o no, hemos de ver a esta tierra salir del abismo y nosotros seremos de los que habremos empujado el carro… no de los que ponen palos en las ruedas. Hace muchos años, en 1996, algunos políticos nos aconsejaron crear una confederación empresarial estrictamente canaria, pero debemos reconocer con tristeza que aquellos que en un principio nos animaron son los mismos que ahora luchan para que la Concap no esté en las instituciones públicas representando al empresariado canario. A ciencia cierta, pensaron que la Concap iba a ser una mera comparsa de sus intereses y eso en la Concap no es posible porque defendemos lo que le conviene a Canarias y a sus empresarios lejos de atropellos y de prácticas de quienes llevan trajes muy largos y cabezas muy cortas. Hoy podemos seguir diciendo que la Concap sigue fuerte y unida, que sus empresas asociadas siguen siendo estrictamente canarias y que no hay más interés que llevar esta tierra adelante con todos los empresarios isleños.






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